9 de enero de 2013

EL ÁRBOL GRANDE

Hoy leyendo el ultimo post de nuestro compañero de letras.

 http://delamanodelbosque.blogspot.com.es/

recordé que yo en mis principios también escribí algo sobre un árbol.           

                          El ÁRBOL GRANDE

Todo lo que tengo escrito hasta ahora, sin duda ninguna se nota que son relatos verídicos, al igual que el siguiente aunque empiece como si fuera un cuento clásico.

Había una vez un álamo negro o chopo, que creció feliz durante muchos, muchos años, hasta llegar a ser centenario, con una altura de 30 metros, su inmenso tronco aguantaba sus tupidas y frondosas ramas horizontales, en verano la sombra podía medir 100 metros de diámetro en pleno día de sol.


Junto a una casa de labranza en tierras de Castilla la Mancha y durante toda su larga vida, se ocupo de dar sombra y cobijo a toda clase de pájaros y animales de aquel entorno.
A su sombra, se sentarían también las distintas personas que a lo largo de sus 100 años irían pasando por aquella casa. Cuantas cosas podía haber contado si hubiese podido hablar, tanto de sus años jóvenes que serian felices, como de los últimos de su vida que no debieron serlo tanto.


La casa era grande, con una gran extensión de terreno en los que abundaban las carrascas y monte bajo, por eso también era coto de caza, Los conejos, liebres, perdices y demás animales de la zona, convivían junto con labradores en aquel tranquilo lugar.
Como el sitio tenia su atractivo junto a un rió en cuyo margen se apreciaba una inmensa chopera que delineaba su curso hasta llegar a un lago artificial y unas lagunas creadas por la extracción de arena, convirtiéndose todo ello en un precioso humedal que tiene su encanto para algunas aves acuáticas y pescadores de carpas.


Alguno de sus dueños tuvo la idea de desmontar todo, hacer una urbanización y venderlo por parcelas, de 3.000 metros.
Junto a la casa hicieron un gran restaurante donde se preparaban grandes barbacoas, una gran pista de baile con orquesta para las noches de los sábados y días de fiesta.
Con aquel gran árbol en la puerta y toda la gente que iba llegando, no quedaba duda de que la opción fuese acertada.
Rodeado de grandes jardines repleto de rosales y árboles frutales, manzanos y cerezos, el árbol se hizo famoso para todos los vecinos que llegaron, también para los pueblos colindantes.


Tenía un encanto especial a cualquier hora del día y de la noche, siempre se estaba bien debajo del Árbol Grande.
Debajo de aquel árbol se celebraron grandes acontecimientos, bodas de hasta 300 invitados, bautizos, la fiesta grande a la Virgen de la Cabeza el 15 de Agosto, comidas y cenas de amigos los fines de semana de todo el año, y sobretodo en verano era el punto de encuentro de todos. ¡Nos vemos en el Árbol! decían los vecinos.


Durante mas de 20 años, los jóvenes y no tan jóvenes, disfrutaban de partidas de cartas o sus tertulias, los mas pequeños correteando entre ello con su algarabía sin percatarse que el Árbol Grande se moría, nadie se daba cuenta de que el árbol agonizaba sin poder quejarse, sin poder decir que no aguantaba más aquel trasiego de gente justo encima de sus raíces.


Nunca se supo cual fue la causa exacta. Se cree que fue la grafiosis una grave enfermedad que ataca a los olmos. De nada sirvió que pasaran expertos en el tema, que le pusieran tratamiento con fungicidas, en muy pocos meses se quedo seco y sin vida.
Quizás tenia que suceder así, es difícil que un chopo viva 100 años y este lo consiguió.
Del Árbol Grande solo queda su tronco seco y sus ramas fantasmagóricas, camufladas por una hiedra que intenta aferrarse a el, para así poner algo de vida a aquel que tuvo tanta hasta que lo descubrieron los urbanos para ser testigos de su final
.

26 comentarios:

  1. Hola Rafaela, que bonita y a la vez triste historia que nos cuentas de ese bello árbol, a la vez conforme describías el paisaje me has recordado mi tierra ya que soy manchega y cuando calienta el sol por allí calienta de lo lindo, por eso se debería estar tan agusto bajo la sombra del Álamo, pero como pasa siempre tiene que haber un lumbreras y fastidiarlo todo.
    No me extraña que al visitar a nuestro mago Karras te viniese el recuerdo de esta bonita historia:), gracias por compartirla con nosotros.

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Una historia que me ha dejado prendado por tanta belleza y ternura. El Final es triste; pero ahí queda su esencia y su esa sombra que siempre permanecerá en el Recuerdo.
    Maravilloso Relato.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Hizo su camino llenando de cobijo a todos ellos que se le acercaban, fue afortunado ya sabia mas que ninguno del pueblo.
    Un bonito escrito

    ResponderEliminar
  4. Preciosa historia aunque un triste final para este arbol que ya me había caído muy bien...una pena que no pudieran curarlo.Besotes

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es verdad que hubo una enfermedad de los olmos, últimamente han muerto muchos, aquí se sintió especialmente "el Arbol de la Salud" representativo del Camino de Santiago, se llamaba así porque había un antiguo hospital de peregrinos. Besicos.

      Eliminar
  5. Preciosa historia, con final triste pero la vida no tiene sentido si no se la juega con la muerte.

    Un beso Rafaela.

    ResponderEliminar
  6. Me ha encantado tu entrada, Rafaela, con el relato que nos has contado sobre el árbol grande, gracias por compartirla.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  7. ¡Qué bellísimo recuerdo!Si lo pensamos bien, todos tenemos un árbol en el recuerdo. Feliz dia. Un beso

    ResponderEliminar
  8. Querida Rafaela. Como bien dices, un chopo raramente vive 100 años, por lo que exsite la posibilidad de que fuese natural su muerte. Pero que duda cabe de que su longevidad se vio afectada por esa sin razón que se daba a su alrededor. En mi pueblo habia tres enormes chopos negros, instalaron una gasolinera bajo ellos, en sus huecos varios miserables hicieron hogueras, el dueño de la gasolinera se quejaba de la cantidad de hojas que soltaban y de las cagadas de los pajaros que acogían. Ellos mismos se fueron un día para no estorbar. ¿Y sabes que? tuvieron que poner otros tres en su lugar por el beneficio que aportaban y del que todos parecían ignorantes. Coherencia humana sin duda. Besotes mil.

    ResponderEliminar
  9. Un olmo testigo mudo de tantas y tantas cosas... en su alma guarda esos secretos... un final triste y la hiedra que a todo se aferra... Un beso fuerte y gracias por esta entrada tan tierna.

    ResponderEliminar
  10. Querida amiga: Tu entrada de hoy me ha recordado a los chopos que tengo al borde de mi jardín. No tienen cien años, tendrán algo más de cuarenta, pero uno de ellos languidece y no nos quedará más remedio que cortarlo.
    Estoy de acuerdo contigo, si los árboles hablaran...
    Cariños en un fuerte abrazo.
    Kasioles

    ResponderEliminar
  11. El álamo u olmo, es un árbol centenario, resistente y muy hermoso, yo también conocí uno en un pueblo de Castilla donde solíamos pasar el verano,lo llamaban la "olma" porque decían que era mujer,y es muy cierto, debajo de el, a su sombra, transcurría toda una vida y tantas historias que contar...
    Un gran abrazo desde el Trópico

    ResponderEliminar
  12. Una historia muy bonita. Son una hermosura esos árboles añosos y poder disfrutar de su sombra, pero inevitable que tarde o temprano mueran. ¿Quizá con menos trasiego hubiera vivido más? Tal vez, pero también hubieran sido menos lo que hubieran disfrutado de su porte y su sombra.
    Os queda el recuerdo de los buenos momentos que cobijó.
    Besos

    ResponderEliminar
  13. Bonita historia con ese gran árbol, aunque al final lo finiquitaron.

    Un abrazo tocaya.

    ResponderEliminar
  14. Preciosa historia aunque con un final triste, asi es la vida, nada es eterno.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  15. Ese gran amigo de siempre y de todos. Eso es un arbol; un ser con vida que palpita y siente, que cuenta y escucha, que lo sabe todo.
    Aquel que: protege,abriga y prodiga amor de verdad, sin esperar nada.
    Bonita historia y escribir una historia que hable de un arbol; es siempre un justo homenaje a el.
    Gracias por recibirme en tu espacio. un abrazo

    ResponderEliminar
  16. Amiga Rafaela, que preciosa historia, me ha gustado leerla porque en ella se ve que el árbol fue amigo tuyo en alguna época, y seguro que el si hubiese podido hablar te hubiese contando mil historias vividas, y lo feliz que se sentía teniendo a personas cerca de el como tú. Preciosa y triste entrada, así es la vida, pero desde luego muy bonito el tema de hoy. Un abrazo amiga.

    ResponderEliminar
  17. Qué bonito cuento, que si no lo es bien podría ser historia real, porque es el fin de todo ser vivo, ser útil de una u otra manera, y ese gran árbol lo fue.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  18. Aunque la historia es preciosa el final me ha dejado un poco trastocado, un saludo.

    ResponderEliminar
  19. Hay mucho sentimentalismo, mucha pasión por la naturaleza en este relato. Te felicito.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  20. Como la vida misma, nació, amparó a quienes se pusieron debajo o encima de él, y finalizó su existencia dejando bellos recuerdos.

    Un beso y un café.

    ResponderEliminar
  21. Respecto a lo que me dices de las entradas de mi blog no tengo ni idea de por qué ocurre, he tratado de averiguar y no he obtenido respuesta, no es la primera vez que me ocurre y siempre se arregla solo.En mi propio blog tampoco se me actualiza mi nueva entrada y la tengo "estancada" en el Inmaculada que si sigue así tendré que quitarla, mañana sale una nueva entrada mía veremos a ver que ocurre.Besotes

    ResponderEliminar
  22. Habrá que pensar que por lo menos no se aburrió... Y que muchos disfrutaron de él. Eso es lo que me queda de tu relato.
    ¡Un besazo, Rafaela!

    ResponderEliminar
  23. Quién es amante de la naturaleza un árbol que se muere le produce tristeza. Yo adoro los árboles y también he escrito un par de cosas. Al menos una par de generaciones disfrutaron de este álamo.
    Bss y buen finde

    ResponderEliminar
  24. Rafaela,tu relato es muy hermoso y lo has contado muy bien,de forma amena y sentida.El árbol grande se ha eternizado en el pensamiento y el corazón de todos los que se beneficiaron de su sombra...Tu nos cuentas su historia y ahora vive en nosotros también.
    Qué maravilla que ese árbol haya sido tan generoso y haya dado tanta vida,un buen ejemplo de la naturaleza para todos nosotros.
    Mi felicitación y mi abrazo inmenso por tu cercanía y amor a las letras,Rafaela.
    FELIZ FIN DE SEMANA.
    M.Jesús

    ResponderEliminar