30 de marzo de 2012

DOMINGO DE RAMOS


Aquella muchacha soñaba que llegara la hora de la procesión. Al día siguiente era el Domingo de Ramos y Conquista se preparaba para vivir el inicio de  La Semana Santa.


Ese domingo era costumbre de estrenar algo que algunas veces podía ser vestido nuevo (Luego serviría para  fiestas muy señaladas. Entre otras la del Corpus Christi o la fiesta  de Santa Ana el 26 de Julio.) Pero aquel año la joven tenia que conformarse con el mismo que venia usando una y otra vez cada domingo.

El vestido negro ya estaba preparado, lavado y planchado, las medias también negras (Nada tenían que ver con las de la época Ye-Ye, que se estaba viviendo en aquellos años. Ya le hubiera gustado a ella…)

Un día de fiesta en el pueblo era esperado con impaciencia, siempre era un motivo para salir de la rutina. Las calles se llenaban de gente que acudían de los cortijos cercanos vistiendo los mejores atuendos de que  disponían, quizás guardados para lucir en un día tan señalado como era el Domingo de Ramos.

El sábado día anterior al evento, trascurría más o menos feliz. Un grupo de chicos y chicas jugando en mitad de la calle justo enfrente de la casa, unos jugaban al fútbol, otros a la comba, sin problemas de coches ni de espacio. De lo único que había que estar  pendiente, era de escuchar el ruido potente de una moto (era una Yamaha) la moto de su padre se oía desde lejos,  daba tiempo de entrar en la casa y disimular que los juegos de la calle tenían algo que ver con ella.
 Aquel día no hubo que correr por escuchar la moto, la fatalidad quiso que un mal paso terminara en la torcedura de un tobillo y además  con la mañana de juegos de aquella pobre chica. No es que un medico diagnosticara si se trataba de un esguince o rotura (entre otras cosas  porque nadie se enteró de nada, no podia decir que estaba jugando en la calle) Había que aguantar aquel dolor intenso al intentar apoyar el pie en el suelo que solo se calmaba un poco poniéndolo en alto. Sin ningún tipo de calmante paso la noche pensando en el milagro de que al día siguiente todo hubiera desaparecido.

 La mañana del domingo amaneció de un sol radiante, las campanas de la Iglesia daban el último toque para la misa. Ella, por mas que lo intentaba no podía ponerse de pie sin sentir esa sensación de hinchazón y desgarro que le subía por la pierna.
Como siempre las amigas pasaron a verla, pero al igual que tantas veces quedo de nuevo sola, mirando por aquellas ventanas que le servían de contacto con el exterior.


 Desde su mirador vio  pasar la procesión de las Palmas. Las niñas con sus vestidos y zapatos nuevos, con su ramita de palma o de olivo en la mano, cantando canciones acompasadas por la banda de música. Todo el mundo ajeno a la pena  y el  gran desconsuelo que sentía ella, al ver frustrado su día de fiesta.

Que difícil es poder imaginar el dolor de su alma. ¿Porque tenia que ser tan cruel la vida con ella? El pie dolía, pero más grande era el dolor de no poder estar entre las amigas cantando el “Hosanna en el Cielo” ¡Había esperado con tanta ilusión ese domingo!

No fue solo la Semana Santa sin poder salir, hubo muchas más semanas como aquella, con el dolor y la incertidumbre de saber si algún día volvería  a ponerse unos zapatos y poder caminar normalmente.
Por suerte como el tiempo cura todos los males, mi pie quedo como nuevo sin más medicina que esa, la del paso del tiempo.
          


                

13 comentarios:

  1. Qué cosas, me has traído a la mente aquellos Domingos de Ramos de cuando era pequeña y como tú también estrenaba zapatos o vestido.

    Me alegro de que el tiempo hiciera su trabajo con tu pie.

    Un beso Rafaela.

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  2. Me alegro que te haya servido para recordar días de tu niñez.
    Gracias Elena por tu comentario.

    Un beso.

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  3. Feliz domingo de ramos Rafaela, yo ando encerrada en casa, aprovechando el descanso semanal para estudiar...

    Pero siempre recuerdo con ilusión todos los domingos de mayo en casa de mi madre y en la mía propia, cuando mis hijas, eran aún pequeñas.

    Ahora acampan solas por sus vidas, y aquí estamos mi chico y yo, aprendiendo de nuevo a ser pareja que vive en una casa grande (demasiado), para los dos. Menos mal que se llena de grandes amigos, cada tres por dos!!

    Feliz Semana Santa.

    PD
    Estoy muy bien amiga mía. Escribo lo que me transmite un ser muy querido que está sufriendo una separación y solo me tiene a mí para apoyarse...

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    1. Amiga Mascab,me gusta que me llames amiga. Es bueno que los hijos empiecen a desfilar, ademas con tu chico a tu lado todo sera mas fácil.
      Eres valiente para seguir estudiando ademas del trabajar, eso ademas demuestra que eres joven.
      Ya se que estas muy atareada porque también dedicas tu tiempo a esa persona que te necesita ahora, todo pasara y ella seguro que te lo agradecerá siempre.
      Gracias por dejar tu comentario, se que a veces no se puede y no pasa nada.

      Besos guapa.

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  4. Rafi, recordaré siempre una chaqueta de lana muy abrigada de un amarillo pálido (amarillo pollito) estrenada una semana santa, no sé si sería el domingo de Ramos. Supongo que me la haría mi madre o alguna de mis tías, era de unos ochos grandes que entonces se llevaban mucho y yo la lucía encantada porque, además de calentita, creo que me favorecía. Nunca he visto un amarillo tan lindo como aquel.

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    1. Maluca que alegría. Sabes que este día era costumbre de estrenar algo,mi madre nos hacia un vestido o una chaqueta de lana, y como tu dices se queda una imagen de lo bien que nos encontrábamos que nos gustaría tener la foto de aquel día. Yo hecho en falta muchas fotos de aquellos días felices.

      Un beso Maluca.

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  5. Hola Rafaela, de nuevo haces que el pasado se convierta en presente, con la magia de tus palabras. Es como si estuviese sucediendo todo lo que narras, ahora, y esto es lo más bello de todos los que "coqueteamos" con la literatura... Poder transmitir a otros lo que escribimos.

    Un abrazo con mi cariño.

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  6. ¡No puede ser, se ha volatizado mi post...! Después de haber superado la prueba robótica.

    Rafaela, te decía, que tienes un don innato, que haces del pasado un presente, y eres capaz de transmitir tus vivencias, que es lo que deseamos todos los que "coqueteamos" con la literatura...¡ Ay, en mi pueblo se decía, que en el Domingo de Ramos, quién no estreaba nada, se quedaba sin pies y sin manos... y yo me lo creía, y siempre estrenaba...¡UNOS CALCETINES!

    Un abrazo con mi cariño.

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    1. Gracias Angeles comentarios como el tuyo animan mucho. Ese refrán seguro era una escusa para preparar el vestido de primavera verano, en mi pueblo también se decía.
      Un abrazo cariñoso.

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  7. Rafi, narras las cosas de una manera muy bonita y desde el sentimiento.
    Me viene al pensamiento esa ilusión de estrenar algo: vestido,chaqueta,calcetines, zapatos, en fin,"vestirnos de fiesta",la procesión por todo el pueblo con los ramos. (no teníamos otra cosa).
    Siento la pena que sentiría aquella niña y si pudiera retroceder el tiempo ten por seguro que la habría acompañado.
    Sé feliz ahora que bién te lo mereces.
    Un abrazo. Josefa .

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    1. La verdad que tuvimos la suerte de que nuestras madres nos cosían todo.
      Sabes bien que por suerte hace tiempo que no me afectan mucho los problemas e intento ser feliz.
      Gracias Josefa por tus comentarios.
      Un beso.

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  8. Curioso, aquí se estrenaba el traje el día del Ángel (domingo de resurrección) y se volvia a poner en la procesión de Santa Ana, patrona de la ciudad. Un saludo.

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  9. Me pasó algo parecido con mi tobillo derecho pero ya de mayor y trabajando, me caí por unas escaleras del trabajo y justo al día siguiente íbamos a una excursión con mi familia al pueblo de mi padre que no lo conocía pero si iba al médico me podría haber dado la baja y entonces se fastidiaría la excursión así que me callé y con fuerte dolor fuí a conocer Trillo el fin de semana y el lunes a trabajar aguantando el dolor que seguía muy fuerte, también me duró unos cuantos días y pasó.Besicos

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