16 de diciembre de 2011
POSTAL DE NAVIDAD
1 de diciembre de 2011
LA NATACION Y SUS BENEFICIOS
Nadar es una acción que el ser humano ha desarrollado desde su aparición como especie.
Ya los griegos, los fenicios y egipcios eran magníficos nadadores, todos ellos tenían una excelente relación con mares, lagos y ríos, así como posteriormente su actividad marítima al tener que buscar sus alimentos en el agua
Si buscamos benéficos de la natación, encontraremos que la natación es uno de los mejores deportes que existen al estimular todos los músculos del cuerpo con el mínimo esfuerzo, al estar en contacto con el agua sientes una sensación de placer que ayuda a liberar tensiones y estrés.
Nadar tiene grandes beneficios para el corazón y los pulmones, además se activan procesos cerebrales relacionados con el manejo del espacio, precisión de movimientos junto con la focalización y concentración mental en objetivos fijos. Al estimular nuestro cerebro la sensación de bienestar es real, al procesar esa información nuestro cerebro responde con la producción de endorfinas, las hormonas asociadas a la felicidad y placer.
Para personas con problemas de espalda la mayoría de las veces es el deporte recomendado, le mejorara mucho su lesión sobretodo por el aumento de masa muscular y la elasticidad de las articulaciones
Lo ideal es enseñar a los niños desde bebes, pero si no ha sido así y llegas a la edad adulta sin saber nadar “como a sido mi caso” apliquemos el refrán. Nunca es tarde… Solo tienes que pensar un poco en todas las ventajas que este deporte puede aportar a nuestros huesos y el bienestar general que sientes cuando llegas a dominarlo.
Os cuento que para mi no fue fácil, se me había ido la mitad de la vida intentando aprender a nadar sin conseguirlo. Cuando me recomendaron piscina para acabar con los problemas de lumbalgias que padecía cada cierto tiempo, no podía imaginar que un día consiguiera deslizarme en el agua de la manera que lo hago. Solo hizo falta ponerle interés, mucha constancia y en un periodo de tiempo te encuentras disfrutando de los días que toca piscina, es cuando realmente te das cuenta de lo acertada que fue la elección de esta actividad.
20 de noviembre de 2011
ABUELOS Y NIETOS
Rafaela.
4 de noviembre de 2011
PARQUE "EL CAPRICHO" MADRID
Cascada en la Ria. |
Casino de baile. |
La Duquesa quiso construir una villa de relax donde evadirse de los deberes y compromisos de la Corte a los que estaba obligada ya que fue mecenas de artistas, toreros, e intelectuales de la época.
El Capricho, con una extensión de 14 hectáreas esta considerado como uno de los parques más bellos de la capital y el único que existe en Madrid de estilo Romántico .
La entrada nos lleva por el paseo de Duelistas, pasando por La plaza de los Emperadores, donde vemos los bustos de doce emperadores romanos y la Exedra,
el templete de Baco, la fuente de las Ranas y otras muchas esculturas y fuentes que vamos a encontrar durante todo el recorrido.
Son tres tipos de jardines los que encontraremos en este parque. El parterre o jardín francés, con su uniformidad en árboles y setos, justo en frente de la fachada del Palacio.
El giardino italiano, con majestuosos árboles y setos combinados de tal forma que se puede disfrutar de la hermosa pradera que se extiende debajo de estos, con bancos colocados estratégicamente que invitan al descanso y poder admirar los pinos y álamos centenarios. Observando entre sus ramas con un poco de paciencia podremos contemplar alguna simpática ardilla.
Por ultimo, el jardín paisajista ingles, este es el de mayor extensión de terreno, aquí la vegetación crece natural y de una forma pintoresca haremos el recorrido por multitud de caminillos trazados que te van introduciendo en una autentica aventura al ir encontrándonos por sorpresa con las distintas construcciones, como la Ermita donde vivió un ermitaño autentico, el Abejero o palacio de las abejas desde cuyo interior se podía ver como trabajaban estas en sus celdas, la Casa Cañas o embarcadero, donde montaban los invitados en falúas y tras un placentero paseo por la pequeña ría, pasando bajo un precioso puente de hierro y un lago con una pequeña isla que tiene una gran cascada de agua en el centro, acompañados todo el recorrido por patos y cisnes, hasta llegar al Casino de Baile donde se celebraban las famosas fiestas que organizaban los Duques. Este bonito edificio esta construido encima de un manantial que alimenta de agua la ría, justo debajo podemos ver la figura de un jabalí.
La Casa de la Vieja es una de las construcciones que representan el mundo rural de la época, tiene un pequeño huerto con distintas hortalizas dependiendo la estación del año.
Calabazas en el huerto. |
Hay tanta naturaleza que admirar que es difícil describirla con palabras.
Todo un placer para los sentidos.
Rafaela
20 de octubre de 2011
AMOR DE ADOLESCENTES
Son solo niños, no tendrán aun los trece años pero con sus miradas se dicen todo lo que necesitan para sentir ese revolotear de mariposas en el estomago que les hace felices. No tienen edad, a esa edad solo se sueña, cuando sean mayores ya se dirán todo lo que sus corazones de adolescentes sienten.
Su ilusión es poder cruzarse en la calle y mirarse, solo mirarse, hablar para ellos esta prohibido rompería el encanto de ese amor platónico que sienten uno hacia el otro.
La edad de los juegos ya ha quedado atrás, las ocasiones de encontrarse son pocas, hay que dejar pasar ese tiempo de espera entre la adolescencia y esa otra edad más adulta.
El sale al recreo de la escuela con su bocadillo o bollito en la mano buscando el sol junto a unas portadas verdes que hay en la otra acera, sin prisas, saborea el tente en pie de media mañana. Puede que tenga sus problemas típicos de estudiante, pero esos veinte minutos se siente feliz, porque intuye que desde alguna ventana no muy lejana (aunque no se deje ver). La niña le observaba, anhelando que ese rato se alargue el mayor tiempo posible, deseando que él, en cualquier momento dirija la mirada hacia la ventana y así ella imaginar que la esta buscando, que quiere verla una y otra vez como ella a él.
A la muchacha nunca antes la miraron de ese modo. Hasta ahora todo para ella habían sido complejos. Es la edad del cambio, piernas flacas y larguiruchas, pelo lacio y color no muy definido, de un castaño oscuro y feo, no le gustan sus vestidos, lo que no ayuda mucho a que se pueda sentir bien. ¡Solo esa mirada tan especial la hace sentir la mas bella del mundo!
Uno y otro los mismos sentimientos, los mismos deseos, sin acabar de entender lo que les pasa, pero creyendo tener claro que se gustan y quieren estar juntos.
Cuando por fin un día se deciden a hablar, cuando se sienten cerca y se miran de frente, todo ese cuento de hadas se desvanece. Solo hacen falta dos palabras para entender que ni aquella mirada era tan especial, ni lo que tienen que contarse es tan mágico como lo habían forjado cada uno en su imaginación.
Con cierto desconsuelo se separan sin ni siquiera decirse adiós, cada uno por su lado con cierta pena por haber despertado de aquel bonito sueño.
Eran solo ilusiones idealizadas.
¡Simplemente es un amor de adolescentes!
Rafaela.
7 de octubre de 2011
VIAJES CON MI MADRE
Pocos recuerdos tengo de mi madre, pero los pocos que tengo los guardo como si no hubiera pasado el tiempo.
Parece que fue ayer cuando ella me contaba que vine al mundo en Aldea de Cuenca
(Córdoba)
Aldea de Cuenca era el pueblo donde mi madre nació.
Viviendo ellos en La Garganta, me contaba que se fue unos días con sus padres, Rafael y Antonia, para que yo naciera allí. Pero cosas de aquellos años, hasta pasados dos días no me registraron en Conquista, y así consta en mi carné de identidad, ósea que figuran en realidad dos días menos y tampoco es real el pueblo donde nací. ¡Menos mal que no me cambiaron de provincia! Al menos los dos pueblos son de la provincia de Córdoba.
Después de aquel primer viaje de vuelta en mis primeros días de vida, hice algunos mas con mi madre a Aldea de Cuenca siempre que había que visitar a los abuelos.
El recorrido desde el punto de vista de hoy no era de muchos kilómetros, pero se tardaba día y medio en llegar. El viaje se hacia en aquellos trenes antiguos con los vagones y asientos de madera.
Montábamos en La Garganta, siguiente pueblo Conquista. El tren hacia su recorrido por el hermoso Valle de los Pedroches pasando por 10 estaciones más, hasta llegar a la gran estación de Peñarroya. A este pueblo siempre se llegaba de noche, tenia cantidad de vías por las que había que cruzar saltando entre el ruidoso trajín de la maquinas haciendo sus maniobras. No muy lejos de la estación dormíamos en una pensión, para continuar al día siguiente y pasando por otras tres o cuatro estaciones llegábamos a La Coronada, de este pueblo salía un autobús o viajera que nos llevaba a Granja de Torrehermosa y luego andando unos tres kilómetros hasta la Aldea.
No puedo recordar cuantas veces hicimos aquel viaje ella y yo. Si recuerdo con toda claridad como era el traqueteo del tren y el silbido de la maquina de vapor cuando iba llegando a las estaciones. Casi todas construidas en dos alturas, en la parte de abajo estaba la sala de espera y arriba la vivienda, algunas tenían macetas en las ventanas, o rosales en la puerta, en otras había una hilera de eucaliptos que se podían divisar desde lo lejos con un reloj grande colgado en la fachada y el jefe de estación recibiendo al tren con su banderín, para luego pasado un tiempo dar la salida haciendo sonar su silbato.
A mis pocos años ya sabía apreciar la belleza del paisaje según avanzaba el tren pasando encinares y suaves colinas, viendo las piaras de cerdos ibéricos por la dehesa corriendo asustados cuando la locomotora sonaba su portentoso silbato, que seguro seria intencionado por el maquinista para provocar tal alarma a los pobres cerdos. Recuerdo la forma de entretenerme intentando contar las encinas que se iban quedando atrás.
Los asientos de madera de aquellos trenes, oía decir que eran incómodos, pero de pequeña para nada notas esa incomodidad, solo se que me dormía encogida en el asiento y la cabeza encima de mi madre o en sus brazos cuando no había sitio libre.
En el tren se llevaba aquella cesta de mimbre con asa en el centro y dos tapas a ambos lados, con la tortilla, las morcillas, el queso y el pan para comer durante todo el viaje. (Y siempre algo para llevar a los abuelos) Era muy curioso como hacían amistad los viajeros charlando, y como a la hora de comer se ofrecían unos a otros de lo que llevaban, otras veces se prestaban la navaja, como fue el caso de mi madre una vez que se le olvido. En aquel mismo viaje por la noche en la pensión que teníamos que dormir, mi madre pronto le buscó solución para partir una pequeña sandia con un golpe en el lavabo, asunto arreglado. Nada de quedarse sin comer sandia por no tener navaja.
De aquella pequeña Aldea no recuerdo mucho, solo la casa de los abuelos, tenía un comedor grande con habitaciones a los lados y al fondo la puerta que daba al patio, en el comedor a la derecha un fogón o chimenea, como si fuera un horno pequeño, que solo se le ponía paja prensada, para cocinar no estaba mal pero a la hora de calentar dejaba mucho que desear. Mi madre acostumbrada a las buenas lumbres de San Serafín, la oía quejarse de pasar frió en los días que estábamos allí si alguna vez fuimos en invierno.
18 de septiembre de 2011
LA BUENA COSTUMBRE DE SALUDAR
El saludo siempre fue lo primero que nos enseñaban desde que aprendíamos a hablar. Quien no recuerda dar los buenos días al levantarse y por la noche al acostarse dar las buenas noches además de un beso a todos los de la casa, cuando éramos pequeños.
Los mayores al salir a la calle iban saludando a todos los que encontraban a su paso. Según iban pasando las horas del día cambiaban las palabras del saludo. Buenos días fulanito, el otro contestaba, buenos días menganito, a partir de la comida se decía, buenas tardes y al anochecer, buenas noches.
Otro saludo que se usaba mucho era el adiós, contestando el que lo recibía, valla usted con dios. Por cierto que este saludo, el más usado en otros tiempos, ha sido sustituido por el hola, o hasta luego. Si alguna vez dices adiós, se te quedan mirando como si hubieras dicho algo extrañísimo y nunca jamás escuchado.
Todo esto me trae recuerdos de cuando en el año 66 llegamos a Madrid. El barrio al que vinimos era un barrio de casas bajas en la periferia, para traer agua a la casa había que pasar muchas horas en una fila en la fuente.
Fue a la mañana siguiente de nuestra llegada, mi tía con sus costumbres del pueblo lo primero que hizo fue ponerse a barrer la puerta, ya le extrañó que la gente que pasaba no le diese los buenos días, pero el colmo para ella fue, cuando al ir a la fuente dando los buenos días a todo el que encontraba en el trayecto que tuvo que recorrer, nadie le contestaba, tampoco al llegar y dar los buenos días le respondió nadie, solo la persona que estaba la ultima en la fila le dijo. Yo doy la vez!
Llego a casa malhumorada y jurando que no volvería a saludar a nadie del barrio en su vida. Además de la pena que sentía al tener que salir de del pueblo, se encontraba con la mala educación que tenía la gente que no decía ni los buenos días.
Entiendo que ella pensando que solo se cambiaba de pueblo quisiera seguir con sus buenas costumbres. Lo que esperaba mi tía de un barrio de Madrid en el cual no conocía a nadie era mucho pedir, pero que siga pasando al día de hoy en recintos cerrados de viviendas, como jardines, portales o soportales, aunque seamos muchos vecinos cuando te cruzas a diario con ellos, incluso en el propio portal, al decir buenos días, todavía hay personas que les cuesta contestar con un simple hola de cortesía.
Rafaela.
7 de septiembre de 2011
SINDROME POSTVACACIONAL
Después de mas de un mes totalmente olvidada de Internet y del blog. Tengo que decir una cosa. ¡Creo que me siento atacada por el síndrome postvacacional! No encuentro el momento de pensar en algo para escribir en el blog. ¿Será eso lo que me pasa?
Hace pocos años, que sabemos que existe este síndrome. Aunque no esta reconocido como una enfermedad, al día de hoy se esta estudiando y cada vez se le esta dando mas importancia.
Aquello que en los 70, 80, 90, años de mi época laboral solo se le llamaba “preocupación” “agobio”, aquello que sentí tantas veces después de las vacaciones y me hacia perder el sueño y la tranquilidad.
Lo de la vuelta al trabajo, sin saber que hacer con los niños porque el colegio no empezaba hasta mediados de Septiembre, haciendo una y mil cuentas para poder comprar tantos libros, que normalmente no eran solo para uno, si no para tres, además de uniformes, chándal y zapatos, porque los niños crecían. ¡Y con que rapidez crecían cada año! Aquel sin vivir que se sentía por estas fechas, no era otra cosa que síndrome postvacacional.
Dicen los expertos en el tema, que hace años no se hablaba de este síndrome porque no existía, más bien creo que nadie por entonces se planteaba que aquello que nos pasaba fuese una enfermedad.
A nadie se le ocurría pensar que después de unos días de descanso, tuvieses que ir al medico, por no tener ganas de ir al trabajo o por echar de menos los días tumbado al sol sin tener horarios nada mas que para pasarlo bien.
Esa desgana se supera con saber organizar el tiempo, sin dar mayor importancia a los síntomas que se notan, y poniéndose de manos a la obra que tengas por delante, buscando ratos de ocio en actividades que te gusten. En definitiva tratar de sacarle algo positivo a la vida cotidiana
Es normal que agobie la vuelta a la rutina, pero no es para tanto, solo es un poco de cuento, al sentir la añoranza de los días de ocio.
En mis años, le cuentas al medico estos síntomas y poco menos que te manda a “freír espárragos” como se dice vulgarmente.
Espero que lo mio sea pasajero.
25 de agosto de 2011
12 de julio de 2011
POSTALES ANTIGUAS
Cuanto amor desprendían aquellas miradas de rostros con tonos sonrosados dulces y angelicales que irradiaban felicidad -Ya dudaba yo que existiese tanta perfección- Me gustaba mirarlas una y otra vez imaginando historias sobre sus vidas. Que felices se les veía, su cara lo decía todo. Seria así su vida en realidad. Las niñas y niños con preciosos tirabuzones y bonitos vestidos, las parejas de novios mirándose con ternura como si solo existiesen ellos dos olvidándose del mundo. Vivirían en grandes palacios rodeados de jardines con bonitas fuentes, jardines llenos de rosas, claveles o pensamientos como los que veía en esas postales que cada cumpleaños les regalaban sus novios a mis tías.
En verano el sombrero era algo imprescindible para salir al campo y debajo del sombrero un pañuelo que les cubría casi por completo la cara.
Rafaela.
13 de junio de 2011
TRISTES RECUERDOS
En esos momentos tan duros para toda su familia, mujer, hijas y hermanas, lo más triste era ver a sus padres, tan mayores, rotos por el dolor de vivir el entierro de su hijo. Nunca estamos preparados para una muerte, mucho menos para la de un hijo. “Esto se escucha decir ante un caso así”.
Cuando por desgracia tengo que acudir a algo tan triste (que según pasan los años va siendo más veces que las que una quisiera) Siempre me vienen a la memoria recuerdos tristes como el día que perdí a mi madre, cuando solo tenía 13 años. Fue un 29 de Junio, recuerdo que en los años 60 se celebraba la festividad de San Pedro y San Pablo.
Que difícil es describir la sensación de vació que sientes a tu alrededor. Como decía antes, para perder a un ser querido nunca estas preparada, pero con tan pocos años menos, nunca antes has pensado en semejante tragedia, si algo oíste sobre la muerte, no ponías mucha atención, eso nunca te pasaría a ti.
Te llega por sorpresa, notas que no estará nunca mas. La viste con tus propios ojos, te dijeron que la besaras, y tú te abrazas a ella, queriendo que se levante, y lo que encuentras es un cuerpo rígido, y al besarla notas algo tan frió como es la muerte. Como es posible, cuando poco tiempo atrás, sus besos y abrazos era el mejor calor que tenias en la vida. Piensas que debe ser un sueño, todo esto no te puede estar pasando. Solo encuentras algo de consuelo escondiéndote a llorar, preguntándote porque, porque paso todo esto, quien tiene la culpa que de un día para otro te cambie la vida de esa manera. La quieres buscar mirando por los balcones hacia una calle y otra, crees que la veras venir por la esquina, notas su presencia detrás de ti, pero cuando te das la vuelta, vuelve a estar detrás tuya, notas sus brazos abiertos, como diciéndote” no te preocupes estoy aquí" pero eso no te tranquiliza, al contrario, te da miedo, sabes que no puede estar, es solo una ilusión.Pasan los días, y el desconsuelo es tan grande, la amargura tanta, que te vuelves un poco egoísta pensando solo en tu tristeza, culpando a tu ser querido por haberte dejado en este mundo.
Escuchas comentarios, sobre la pena que das a los demás. Que según pasen los años la echaras mucho de menos. Que ya no serás una niña como las otras, por el luto no podrás salir en años, con lo cual los juegos en la calle se acabaron, salir a la feria ni pensarlo. Llegue a odiar los Domingos y Festivos, era cuando mis amigas se marchaban vestidas de fiesta, siempre les agradeceré, que nunca dejaron de pasar antes por mi casa.
No crees que esto se pueda olvidar con el paso del tiempo. Tu mundo hasta ese momento era tan pequeño, que no te paras a pensar que habrá gente pasando momentos parecidos a los tuyos. Así días y noches hasta que pasado un tiempo largo, logras superarlo y te acostumbras a su falta y a vestir siempre de negro.
Intentas hacer todo lo mejor posible para que nadie diga. Como falta la madre!
Y poco a poco, te vas animando porque eres joven, pero te acompleja tener ganas de reír estando de luto, te gusta ir al cine y te sientes mal creyendo que te critican por ello, pues todavía tu vestido es negro.
Cuando recuerdas esos tristes años, piensas que después de aquello, solo una enfermedad te puede vencer en la vida. Si aquel tiempo lo superaste sin sicólogos, todo lo demás puede ser más fácil.
1 de junio de 2011
MIS ADORABLES VECINOS, LOS PAJAROS
21 de mayo de 2011
EL MIRLO COMUN
17 de mayo de 2011
TERESA Y LA CRUZ DE MAYO
11 de mayo de 2011
28 de abril de 2011
MI BLOG
14 de abril de 2011
LA YEGUA
29 de marzo de 2011
LA NIÑA RUBIA
21 de marzo de 2011
POEMA DE LA LOBA PARDA
repuntando mi cayada,
me vi de venir una loba
dirigida a mi manada.
Le dije: «Vuélvete, loba,
que tengo mis siete perros
con mí perra Cortijana».
Estando en estas palabras
fue la loba y se llevó
a la chivita blanca,
hija de la Hortelana.
«Andad, perritos por ella,
sí me entregáis la pellica,
la cena tenéis ganada:
siete calderos de leche
y otros tantos de cuajada».
Anduvieron mis perritos
siete leguas barbechadas,
y corrieron otras siete
por una espesa montaña.
Al llegar a una ribera
la loba se vio apretada:
«Aquí tenéis vuestra chivita,
llevársela a la manada;
el pellejo pa'l pastor,
que se haga una zamarra
y la carne pa los perros,que no se desperdicie nada.
20 de marzo de 2011
LA TITA CONSUELO
Durante el día con el bochorno típico de los veranos del sur, sobretodo las niñas no salíamos del cortijo, ya intentaba Consuelo darnos algún entretenimiento como podía ser enseñarnos punto de cruz o bordados. (Siempre hay que estar haciendo algo de provecho, nos decía).
Pero al caer la tarde era el momento de ir a la era que estaba en plena actividad, los carros llegando con el grano, los hombres trillando y los chavales como si se tratase de caballitos de feria haciendo cola para que nos dieran vueltas y mas vueltas subidos al trillo.
En la noche nuestra ilusión era dormir en la era o "Posada de las Estrellas" como le llamaba Ella, eso si, siempre encima del carro. Pues la tita le tenia miedo a toda clase de bicho andante. (Su valor le tenia que echar sabiendo que por la noche bajaban lobos de la sierra)
Parece que la estoy viendo sacar los colchones de lana y alguna manta para la madrugada, subirnos al carro y empezar a jugar al veo- veo, mirando ese hermoso cielo tan claro y limpio, jugar a contar estrellas, enseñarnos a encontrar la Osa Mayor o Carro, y el Camino de Santiago. Otras veces contarnos cuentos hasta que nos dormíamos.
Cuando en algún momento se oían ladrar los perros, la tita para tranquilizarnos, alzando la voz recitaba el "Poema de la loba parda”
Dejo aquí una estrofa del poema, para no hacerlo tan largo.
“Andad, perritos por ella,
si me entregáis la pellica,
la cena tenéis ganada,
siete calderos de leche
y otros tantos de cuajada.”
Cuando tocaba lavar la ropa era estar todo el día en las Pozas. Para llegar a este lugar que estaba junto a la sierra, había que ir con la burra cargada con la ropa sucia y cuatro cantaros, para la vuelta traerlos llenos de agua (el agua de las Pozas era de lo mejor que había por la zona). Había una alberca unas pilas y un pozo, este tenia unas tablas colocadas de tal manera que en medio quedaba el hueco suficiente para que pasase el cubo de cinc, con una soga atada al asa el cubo serbia para sacar el agua. Tenía su arte esto de echar el cubo al pozo, si no le dabas un pequeño vaivén a la soga no conseguías llenarlo. Este tenia que caer al agua un poco de lado o boca abajo y al darle el movimiento se llenaba.
Lavar la ropa blanca se hacia en tres tiempos, primero frotar con el trozo de jabón en la ropa, luego frotabas bien con los puños y terminabas plas, plas, plas, dando unos golpecitos en la piedra haciendo esto repetidas veces hasta que la mugre desaparecía. Después se le daba el segundo “ojo” se le llamaba así a una segunda agua haciendo el mismo procedimiento. Luego se ponía a solear, regando con agua cada cierto tiempo, para después aclarar con abundante agua, poniendo en el ultimo aclarado el “azulete” este era imprescindible, mas o menos como hoy el suavizante, y por ultimo a secar.
Cuando volvíamos al cortijo la ropa iba seca y doblada.
Así como si fuese un juego la tita me enseñaba a lavar, a doblar las sabanas, a bordar y a tantas cosas cotidianas de la época.
Tita, siempre has sido el ejemplo que yo quise seguir, ejemplo de sencillez y forma desinteresada de dar cariño a todos los que nos hemos acercado hasta ti cuando te hemos necesitado.
Ahora en este tiempo te toca recibirlo, te toca disfrutar de los tuyos que son muchos, te quieren y tienes la gran suerte de tenerlos cerca.
Te quiero.
Rafi.
9 de marzo de 2011
BODA MEDIEVAL
22 de febrero de 2011
LA ABUELA JOSEFA Y SU CORTIJO
La abuela Josefa |