28 de septiembre de 2012
MADRID EN TINIEBLAS
Desde que empieza
a ocultarse el sol, hasta que Madrid queda en penumbras, puede transcurrir más o menos tiempo dependiendo la
época del año. Este pequeño espacio de tiempo puede ser suficiente para tomar
algunas fotos, jugando con los distintos tonos de luz que nos ofrece el cielo a
esa hora mágica del crepúsculo en la puesta de sol
Solo al ser
observado en la distancia y desde las alturas, es cuando esa penumbra se hace
espectáculo y mirando las luces centelleantes en la oscuridad podemos
disfrutar tanto de una imagen idílica, como de imaginar el misterio sobre las
miles de historias que pueden estar sucediendo en esta inmensa ciudad donde
por un espacio de tiempo uno puede sentirse vulnerable al miedo y terror mas
imaginario.
Hay noches que el
gran despliegue de luces entre fantasmagóricos edificios en estado de quietud, puede ayudar a conseguir calma y paz interior invitando al reposo mas relajado.
En cambio otras,
teniendo delante el mismo espectáculo lo vemos como un profundo foso triste y
oscuro, que aun estando iluminadas por el mejor alumbrado, nos hace oscurecer
nuestro interior y nuestros ojos solo verán esas tinieblas en la que la
tristeza sumerge nuestro ser en algunos momentos de nuestra vida, recordando sucesos o tragedias tan cercanas a
nosotros como la perdida de seres queridos, de modo que cada pequeña lucecita
nos parecerá una lagrima derramada por todos los que fuimos perdiendo a lo
largo de nuestro caminar en este mundo.
Que distinta se ve
la misma panorámica según tengamos un día u otro. Hay días que una puesta de
sol te puede enamorar, en cambio otros, esa misma visión nos parece la entrada
a la boca del mismísimo infierno.
Nos queda la
esperanza de ese mañana que volverá a salir el sol y con el desaparecerán todas
las luces que en la noche confundíamos con lamentos y lagrimas.
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