La tarde no era nada tranquila, el viento soplaba con toda su fuerza, silbando sin descanso y dispuesto a manipular nubes a su antojo llevándolas de un lado a otro con prisas y de un modo inquietante. Pero lo que estaba viendo desde mi terraza no era para dejarlo pasar por ser uno de esos momentos únicos que te llenan de gozo al observarlos.
Lo mismo que el bosque nos inspira
en el otoño multitud de sensaciones, también las nubes en esta época del año se hacen notar jugando al escondite con el sol y dejando ver sus distintos tonos que van cambiando por minutos.
en el otoño multitud de sensaciones, también las nubes en esta época del año se hacen notar jugando al escondite con el sol y dejando ver sus distintos tonos que van cambiando por minutos.
Vaporosas
nubes de algodón blanco de pronto se vuelven grisáceas hasta llegar a los
colores mas calidos de ocres a rojizos, todos ellos en movimiento constante a
merced del viento, formando filigranas de imágenes cambiantes a cada momento,
solo al ser captadas con la cámara pude inmortalizar el bello espectáculo que
me ofrecía la tarde otoñal con ese
inmenso mar de nubes fascinantes.
Sin quitar
la vista de aquella hermosa
maraña me parecía estar contemplando una misteriosa exposición del romanticismo ingles del siglo XVIII descubriendo en la naturaleza la luz y los colores que pintores como Constable o Turner supieron plasmar en sus cuadros, utilizando de manera revolucionaria los medios por los que el color parece propagarse a través de la atmósfera.
maraña me parecía estar contemplando una misteriosa exposición del romanticismo ingles del siglo XVIII descubriendo en la naturaleza la luz y los colores que pintores como Constable o Turner supieron plasmar en sus cuadros, utilizando de manera revolucionaria los medios por los que el color parece propagarse a través de la atmósfera.
Mi retina
pudo guardar el placer de contemplar las imágenes de aquella tarde, pero es
gracias a la cámara que puedo compartir con todos vosotros solo un poco de tanta belleza.
Hubo un
instante fugaz al pasar una bandada de aves migratorias que fueron más rápidas
que mi cámara, solo verlas aparecer y en décimas de segundo la distancia era
tanta, que solo las pude captar a lo lejos en miniatura, pareciendo moscas que confundían
la nube rojiza con un panal de rica miel.
Hola Rafaela. Las imágenes que has colocado desde luego son espectaculares. Dicen que la primavera es una de las estaciones más bonitas del año, pero yo particularmente me quedo con el invierno y sobre todo el otoño ya que el clima es de lo más variopinto. Al menos aquí en Valencia esos ocasos rojizos y encendidos son presagios de viento o agua.
ResponderEliminarBesos tocaya.
Rafaela,has captado con tu cámara unos momentos realmente mágicos.Las nubes son preciosas y a veces parece que nos hablan y nos dejan mensajes...También a mi me gusta mirarlas y descifrarlas y ver esas bandadas de pájaros,que enseguida pasan y nos sorprenden.
ResponderEliminarMi felicitación por tus bellas fotos y bellas palabras,que nos dejan la claridad y el reflejo de tu alma,amiga.
Mi abrazo inmenso y mi ánimo siempre,Rafaela.
M.Jesús
Estos cielos sólo nos los regala el otoño.
ResponderEliminarLas fotografías son preciosas.
Un beso Rafaela.
Sin duda fue un momento delicioso. Un dulce regalo de la Naturaleza que tú supiste apreciar. Muchas veces el placer se encuentra en estas pequeñas cosas, que por ser cotidianas y tenerlas a mano sin que cuesten nada, ya no le damos valor. Un abrazo
ResponderEliminarla magia de las nubes.... ¿Como nos llena verdad?. Tus palabras definen exactamente los sentimientos que produce su contemplación. Frecuentemente (casi todos los días) paseando con mis perritas me quedo extasiado en un cerrillo de mi pueblo mientras atardece y los rebaños de anaranjadas nubes se recogen al ocaso. La foto de las aves es magnifica, solo hay que aumentarla un poco para disfrutar de todo su explendor. Un beso.
ResponderEliminarHola Rafaela, que maravilla de baile de nubes, es precioso, y lo has narrado de tal forma que parecía que lo estábamos viendo allí junto a ti:), suerte la tuya de poder disfrutar de estas vistas tan bonitas que son una gozada para la retina como bien dices, las imágenes son una maravilla sobre todo las ultimas rojizas, y las aves si se ven, si se pincha en la imagen se hace mas grande y se pueden ver:), gracias por compartir esta maravilla con nosotros:
ResponderEliminarBesos.
Una panorámica perfecta la que tienes desde tu terraza. No me extraña para nada que te quedaras embelesada observando los colores y el baile de las nubes. SIMPLEMENTE MARAVILLOSO!!! Enhorabuena por esta entrada!!! Besos cacereños.
ResponderEliminarQue maravilla !!
ResponderEliminarHoy lo que yo veo son copos de nieve que cubren poco a poco los verdes glacis de la Ciudadela, los desnudos árboles y las calles.
¡Vaya vista que tienes! Me encantan las nubes y sus juegos, yo también aprovecho la más mínima para fotografiarlas.
ResponderEliminarMe ha gustado compartir tus vistas y todo lo que te inspiraron.
Besos
Me apunto al próximo baile. Son momentos que, por mucho que los expliques o que los inmortalices con la cámara, solo se quedan para el que los vive en directo. Un beso.
ResponderEliminarEfectivamente el otoño nos lleva a pasar momentos mágicos del que uno se deja irse por la inspiración de su belleza, aunque por aquí llevo como una semana de grises que ya esto casi deprimida con ellos.
ResponderEliminarBonitas imágenes, un abrazo
Preciosas Imágenes de nubes que nos sugieren e inspiran tantas cosas bonitas como a ti.
ResponderEliminarMe ha encantado este Post.
Un abrazo.
Un detalle de tu parte compartir con todos esa belleza de imágenes, me gustan mucho las nubes y también me gusta contemplarlas.Besotes
ResponderEliminarYo creo que estos cielos de Madrid no nos los van a quitar nunca. Aunque dupliquen los coches. Rafaela, preciosas tus fotos y tus palabras.
ResponderEliminar¡Besazos!
¡De Madrid al cielo!!!
ResponderEliminar¿No te pasa que en esos momentos respiras muy hondo como queriendo absorber toda la belleza, para que no se esfume y dure dentro de ti??
ResponderEliminarUN beso y cafelito.
Rafaela, las fotografías son una pasada por su belleza, y el comentario que las acompaña no lo es menos. Has captado la belleza al desnudo. A mí también me encanta contemplar las nubes, e imaginar figuras con sus mágicas formas.
ResponderEliminarMi abrazo inmenso, con estrellas de felicidad.
Gráficos captados desde tierra excelentes, sin duda. Un día de estos pondré mis archivos fotográficos en orden, a ver si localizo las fotografías que capté en la mar, cuando era tripulante de un navío de la Armada.
ResponderEliminarLas nubes sobre la mar combinadas con la luz del sol naciente o bien poniente en el horizonte, son espectaculares. Tendré que escanearlas porque en aquellos tiempos no existían las cámaras digitales.
Saludos cordiales, Rafaela.
También me encantan las nubes. Acabo de compartir una en Facebook. Es que tanto los amaneceres como los atardeceres tienen algo de mágico
ResponderEliminarBss
Comentario muy interesante, acompañado de unas fotografías estupendas.
ResponderEliminarSaludos
Isabel
Cuando se tiene un "observatorio" en la propia casa es estupendo gozar de todas las maravillas que nos ofrecen los cielos cambiantes del otoño.
ResponderEliminarAl final del verano, en mi partamento de la playa, me paso horas tomando fotos de las nubes y sus cambios de color, puestas de sol y amaneceres. Con lo de las aves me ocurre lo que a ti, si salen en la foto es de casualidad pues cuando quiero captarlas intencionadamente y las enfoco, ya están en otro punto, ja,ja,ja...
Tus fotos están preciosas. Un fuerte abrazo.